martes, mayo 23, 2006

Descansa en paz Tia Hilda....


Hace pocos minutos recibi la noticia que mi tia Hilda habia fallecido de un paro cardiaco, sin duda fue algo no previsto. Ella estaba en la edad de la vejez y como toda anciana se esperaba su muerte antes que la nuestra pero la verdad es que uno no piensa mucho en eso.

De las cosas que recuerdo son:

  • La sonrisa q tenia cuando lo veia llegar a uno de visita, se ponia muy contenta, como toda viejita que conmueve su sonrisa.
  • La amabilidad con la cual me ofrecia sus nuegados, chilate y yuca. La mejor que he probado en toda mi vida, es una herencia que deja a su hija. Siempre q llegaba cuando chico me regalaba nuegados, gracias por esas atenciones tia.
  • Aun recuerdo cuando mi tio beto (su esposo) estaba con vida, tenian una caja de leche foremost donde quedaban todas las corcholatas de los envases vendidos en la chilateria, como me encantaba sacar esas corcholatas e intentar jugar damas con ellas......
  • Aun recuerdo cuando llegaba a casa chico de ellos chico a revisar los periodicos y resolver los crucigramas de los diarios de dias anteriores con los actuales, haciendo trampa, ahhh que buenos recuerdos......
  • Las veces que mi tia sara llegaba de visita y llegabamos ahi a jugar con ariel.
Esos son los que perduran y quedan guardados en el corazon. Momentos en los cuales personas como mi tia tiene un lugar muy especial en el corazon de cada uno de los que formamos una parte de su vida.

A sus hijos....Oscar y Marina, a sus nietos....Walter, Ariel e Hilda....a los demas familiares cercanos a ella que estan sufriendo en este momento, les doy mi mas sentido pesame y me gustaria que supieran que estaran en mis oraciones para que DIOS lleve consuelo a sus corazones.


Tia: Espero en DIOS pronto verla de nuevo regocijandose en el cielo alabando a nuestro DIOS. En el mientras disfrute que ya esta al lado de mi tio beto, la espera que el tuvo fue un poco larga a nuestros ojos pero finalmente estan juntos.




De los recuerdos dentro de mi corazon,


Jorge L. Arevalo

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